Castigar a un hijo

No es recomendable castigar a un niño con castigos excesivamente severos, chillándole, criticándole o incluso pegándole porque con eso solo creamos en él un modelo de agresión y falta de respeto además de convertirnos para él en alguien indeseable a quien evitar, y enn cuanto no estemos delante de él puede volver a cometer la falta por la que queremos castigarle. Nunca hay que castigarle cuando estamos fuera de si y muy enfadados, es mejor hacerlo después, una vez calmados. Lo ideal es apartar del escenario inmediatamente al niño, por ejemplo enviándole a su habitación hasta que esté preparado para actuar de forma correcta, asi podremos calmarnos o ponernos de acuerdo con nuestra pareja sobre que vamos a hacer al respecto. Despues el castigo debería consistir en la retirada de algún privilegio temporalmente como por ejemplo quitarle la paga una semana, no darle un capricho que deseaba o retirarle algo que le gusta. Es importante dialogar con ellos y dejarles claro el motivo por lo que es incorrecta su acción y mostrarles como actuar correctamente, elogiándoles luego si lo hacen bien en un futuro.

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